El faro de Matxitxako es uno de los faros más grandes y de mayor alcance de la península ibérica. Se encuentra ubicado en la reserva de la biosfera de Urdaibai. Es un lugar estratégico para avistar el paso de diferentes aves migratorias como alcatraces, pardelas, etc. Su estratégica situación en el cabo de Matxitxako, uno de los más salientes de la cornisa cantábrica, le hace ser el faro más importante del golfo de Bizkaia.
El faro, inaugurado en 1852, está emplazado en la punta más saliente del cabo de Matxitxako, a una altura de 64 m sobre el nivel del mar. En 1861 se modifica el carro móvil debido al desgaste, y tres años más tarde se agrandan las viviendas para albergar la prevista Escuela de Torreros, siendo uno de los edificios de faros más grandes de España.
En 1900, debido al mal estado de la óptica, se resuelve modificar el sistema óptico para obtener un alcance de 35 millas y una característica de destellos rápidos cada cinco segundos. Un faro nuevo se construyó a 100 m del antiguo, con un alcance de 30 millas. El faro actual fue construido en el año 1909. Hubo que trasladar hasta él, ayudados por caballos, la linterna del antiguo faro. Fue un traslado complicado para la época, debido a sus grandes dimensiones y a las inclemencias del tiempo. La linterna se cubre durante el día con unas cortinas, con el objetivo de evitar incendios.
Su óptica es de sistema catadióptrico. Es tan grande que puedan darse unos pasos dentro de ella. Su alcance es de 24 millas, con destellos de luz blanca cada 7 segundos.
Las cuatro viviendas que lo rodean llegaron a ser habitadas, simultáneamente, por cuatro familias de fareros.
Frente al faro se pueden vislumbrar las islas de Aketx y Gaztelugatxe.
Para llegar a Gaztelugatxe, lugar privilegiado y mágico, es necesario superar los 231 escalones que dan acceso a su cima donde se encuentra la ermita y el refugio de San Juan de Gaztelugatxe. Ubicado en una pequeña península vinculada a tierra por medio de un puente construido en roca, en 1696, los herejes de La Róchele asediaron Izaro y Gaztelugatxe, cometiendo robos. El 29 de abril de 1782, fueron los ingleses los que entraron en la ermita de Gaztelugatxe.
En 1926 se instala uno de los primeros radiofaros de la costa española, y en 1963 se instaló una sirena en la torre del antiguo edificio.
El lugar es zona de paso de aves migratorias, teniendo constancia de que, en 1915, en pleno periodo migratorio, unas 10.000 aves se estrellaron en la linterna, atraídas por la luz en pleno temporal, cayendo en el balconcillo y en los alrededores de la torre.