Actualmente en España 210 faros están activos, de los cuales únicamente 30 son habitados por fareros. El oficio de farero, en continuo cambio, está en peligro de extinción desde 1993. Desde esta fecha en el cuerpo de fareros ya no hay oposiciones ni previsión de que las vaya a ver, ya que cuando los fareros se jubilan no son sustituidos, sino que es la tecnología la que pasa a hacer parte de su trabajo. A esto se suma la generalizada tendencia de contratación de empresas auxiliares para que sean estas las que recorran los faros cuando ya no haya trabajadores en ellos.

Sin embargo, a pesar de los avances tecnológicos, el oficio de farero se resiste a desaparecer.

Este oficio que normalmente se heredaba de padres a hijos, hoy en día puede ser ejercido por cualquiera que supere unas oposiciones. Sin embargo, las plazas en España son limitadas y son ocupadas prácticamente durante toda la vida. Por este motivo, desde 1993, la posibilidad de futuras oposiciones parece casi imposible.

Con las nuevas tecnologías que guían a cualquiera a llegar al destino, puede parecer que los faros que iluminan el mar sin descanso podrían desaparecer. Pero nada más lejos de la realidad, ya que son una guía indispensable para los barcos que quieren entrar en los puertos.