El Cráneo de Goya
Una de las leyendas o historias más divertidas de Ribadeo que se conocen y la habrán escuchado en innumerables formas y variaciones. Corresponde al cuadro del cráneo de Goya y que el autor del macabro retrato fue Dionisio Fierros, que tiene mucho que ver con Ribadeo en la medida que matrimonió con una dama de la ciudad y que dejó múltiples herederos de su obra en la misma. Hijos, nietos y bisnietos apellidados Fierros, Diaz-Fierros, Deaño y Gamallo pueblan la historia intelectual y comercial de la villa gallega y en sus casas permanece una buena parte del patrimonio del artista nacido en Ballota-Cudillero.
Se cuenta que el cuadro pertenece a la colección del museo Provincial de Zaragoza y que tiene por detrás un apunte sobre la autoría de Dionisio Fierros. Se dice que el cuadro estuvo desaparecido por un tiempo hasta que un académico lo encontró en un anticuario y que una vez comprado lo donó al referido Museo. Esa historia, tan típica del género de los hallazgos de obras desaparecidas o robadas en casas abandonadas. Puede ser todo verdad, verdadero en parte o totalmente una superchería. Parece que Zaragoza es una ciudad propensa a la aparición de manuscritos y originales desaparecidos.
El caso es que el cuadro existe, de no ser así algún ilustre investigador hubiera denunciado la feliz patraña, y eso nos lleva a la pregunta de cómo pudo Dionisio Fierros tener acceso al original, es decir a la calavera real de Goya.
Aquí la historia se topa con distintas versiones. Una de ellas viene a decir que por decisión de Goya su cráneo fue donado a la ciencia y que sufrió distintos avatares hasta que llegó a mano de Dionisio Fierros. Es indiferente el modo de obtener la pieza anatómica. Resulta una versión creíble dada la profusión de la teoría frenológica en aquellos tiempos y la abundancia de casos en los que los cráneos de los hombres ilustres han sido manipulados en los laboratorios forenses.
La otra versión es más romántica nos habla del joven Dionisio Fierros acompañado de un noble madrileño que le protegía en su época de formación en Madrid profanaron la tumba de Goya en Burdeos y procedieron a robar el cráneo. Esa es la leyenda que corre con más profusión por Ribadeo y es la que cuenta una bisnieta del pintor. Para más detalle dijo que en su infancia ribadense la existencia de la calavera era algo dado por seguro en su familia. La historia no termina ahí. Está claro que en algún momento el cráneo desapareció. Es ahora cuando lo más chungo del asunto entra en juego. Unos dicen que el cráneo fue usado como material anatómico en los estudios de medicina de un descendiente de Fierros. Otros que explotó en un episodio de investigación digno del profesor Frank de Copenhague: a alguien se le ocurrió medir la fuerza de expansión de los gases producidos por unos garbanzos puestos a cocer en el fondo de la calavera.
A todo esto, la verdadera historia del enterramiento de Goya sigue siendo uno de los grandes misterios necrológicos de la España negra. Traído y llevado arriba y abajo a lo largo de un periplo funerario de largos años por fin Goya descansó, sin cabeza eso si, en su tumba de San Antonio de la Florida de Madrid. ¿Pero quién nos dice que uno de estos días no aparece el cráneo en un desván del viejo Ribadeo?