Donibane
Pasajes es un municipio pequeño, pero con mucha historia. La bocana o entrada al puerto es relativamente estrecha, pues no supera los 200 metros. Los montes Ulía y Jaizquíbel protegen a la ría y se encuentran a ambos lados de la bocana de su puerto.
Camino hacia el mar, cerca de la bocana, nos topamos con la Basílica del Cristo de la Bonanza, y cerca de donde la bahía se hace mar el Castillo Santa Isabel.
Antiguamente se llamaba solo Pasaje, en singular, de hecho, el nombre vasco del municipio Pasaia es una traducción de pasaje. Hay quien dice que se trataba de un tributo llamado pasaje que se exigía a la entrada de la ría, pero lo más normal es que fuera la palabra gascona pasaje, que era el sinónimo de puerto. A partir de 1805 fue cuando se creó la villa conjunta y bajo la misma jurisdicción de San Pedro y San Juan, momento en el que comienza a hablarse de los Pasajes. Porque San Juan con anterioridad a esta fusión pertenecía a la jurisdicción de Hondarribia y lo hizo hasta el 1770. Hoy día por la parte de San Pedro el municipio se une prácticamente con San Sebastián.
Entre los barrios de San Pedro y San Juan funciona un sistema de barquitos ("la motora") que son muy populares, ya que evitan dar toda la vuelta. Funcionan desde por la mañana hasta por la noche. San Pedro y San Juan eran sencillas aldeas de pescadores, también de célebres marinos como Blas de Lezo. Estos nombres se deben a los dos nombres de las iglesias parroquiales.
San Juan en la Edad Media, como San Pedro, eran puntos de embarque del hierro vasco y la lana navarra, y aquí llegaba mucho grano y manufacturas de Europa. Era un puerto de refugio natural importantísimo con el norte, y servía de abrigo a los buques que además podían aquí reparar y surtirse de víveres para continuar la navegación. Además de ser un puerto pesquero desde siempre de primer orden, tanto la pesca tradicional del litoral como la caza de ballenas, aquí recalaban los famosos ballenero-vascos que llegaban casi a Terranova. En pleno siglo XVI la Corona utiliza el puerto como Astillero. Luego sería una de las sedes de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas y de la Real Compañía de Filipinas. En el siglo XIX y XX Pasajes multiplica su población con la modernización industrial de la comarca y la pesca de altura.
Este punto de la Costa vasca está íntimamente conectado tanto con la historia de nuestro país, como con importantes acontecimientos históricos. En nuestra visita vamos a encontrar, junto al embarcadero de Pasai Donibane, la plaza la participación de sus habitantes en la Batalla de Roncesvalles.
Junto a ella, a escasos metros, está la que recuerda cómo el Marqués de La Fayette partió de este puerto, con apenas 20 años, a bordo de “La Victorie”, el velero que había comprado él mismo poco antes en Burdeos, para ayudar al ejercito continental en la lucha por la independencia de los USA. El buque inició su singladura un 26 de abril de 1777 con aprovisionamiento de armamento (5.000 fusiles) de las fábricas de Gipuzkoa y con una tripulación de 65 voluntarios. Fue su primer viaje a América y el inicio de la leyenda del “héroe de los dos mundos”.
Pero su conexión privilegiada con la Historia va mucho más allá: Puerto romano; puerto de abrigo de parte de la Armada Invencible; centro logístico de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas; cuna de Blas de Lezo; el lugar donde Victor Hugo descubrió a los vascos… Pasear por sus calles no es sólo disfrutar de un lugar llenos de belleza y de personalidad. Pasear por sus calles es pasear por la historia.
Las regatas de traineras entre San Pedro y San Juan son de enorme tradición, como las de Oxford y Cambridge. Tienen una enorme rivalidad no solo deportiva, ocurren cada año en el mes de septiembre, El color morado de San Pedro y el rosa de San Juan llenan las casas de pescadores a cada parte de la ría. Aunque recientemente el liderazgo de las traineras es de otro barrio, el de Trintxerpe que representa a Pasajes en la Liga ACT del Mar Cantábrico.