CAMINO DE LAS LEYENDAS
En muchas localidades del Algarve rebosan de leyendas. En la zona más cercana a la ría y al paseo marítimo se localiza el antiguo barrio de pescadores. Las casas de Olhão tienen forma de cubo, de ahí que a la ciudad se la conozca como "la ciudad cubista". Algunas de sus callejuelas forman parte de la Ruta de las Leyendas de Olhão, una ruta que no puedes perderte si decides visitar Olhão. La ruta propone detenerte junto a las esculturas localizadas en algunas de sus calles o pequeñas plazas. Me llamó especialmente la atención la Leyenda de Árraul, que según la mitología construyó las paradisiacas Islas Barreta que tanto me fascinan. La escultura de Arraúl es un buen punto de partida de la ruta.
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La Leyenda de Arraúl
¿Quién era Arraúl? El hijo de uno de los guardianes de las columnas de Hércules, sobreviviente a la desaparición de la Atlántida, gracias a una ballena que se lo tragó, pero que acabó devolviéndolo vivo en el lugar donde comenzó a formarse Olhão.
El joven se enamora de este lugar y decide protegerlo de las tempestades a través de una enorme barrera de arena que va transportando de los cerros cercanos de São Miguel y de la Cabeza, muy cerca de donde hoy está la localidad de Moncarapacho. La rumorología popular dice que las galerías que tiene este último cerro fueron producidas por Arraúl. Esta barrera es la que dio lugar a uno de los lugares más bellos de todo Portugal: la Ría Formosa y sus islas desde Cacela Velha hasta Faro.
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La Leyenda del niño de ojos grandes
En la época del contrabando en Olhão se hizo célebre la leyenda de la aparición en la zona del Largo do Carolas de un niño encantado bajito de ojos grandes con una camisa, que no paraba de llorar en la noche. La mayoría de las personas no salían por miedo al encanto, ya que algunos aseguraban que el llanto del niño podía hasta matar a una persona. La aparición comenzó a extenderse también al barrio de Levante. Los marineros que juraban haberlo visto, lo cogían en brazos para consolarlos, pero el llanto y su peso aumentaban y cuando lo soltaban en el suelo el niño desaparecía.
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La Leyenda del Moro Encantado
Manuel Caleça jugaba en la calle a la pelota con sus amigos cuando un extraño joven se acercó y preguntó si podía jugar. Aquel chico le pidió a Manuel jugar en otro lugar y para ello levantó una trampilla y ambos fueron a parar a un palacio lleno de riquezas. Manuel quería regresar con su familia, pero el joven (siempre invisible) le acompañaba en cada momento y no le dejaba en paz. El extraño niño (un moro, según la leyenda) desapareció de la vida de Manuel cuando este fue a misa a comulgar.
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La Leyenda de Floripes
Una noche, un joven de la localidad, Julião, vio a una mujer con un vestido blanco que caminaba descalza hacia él. La mujer, de nombre Floripes, le confesó ser una mora encantada que esperaba el regreso de su padre huido a su país tras la llegada de los cristianos y la dejó ahí encantada. En Olhão se cuenta que la joven se aparece por las noches a los hombres de la ciudad instándoles a cruzar la ría con una vela encendida a cambio de prometerle su amor, el matrimonio y su reino. Se dice que todo aquel que lo intenta acaba en el fondo de la ría.
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La Leyenda de Marim
Un rico señor árabe vivía en un enorme castillo con su hija. Un joven experto en música y poesía consiguió enamorar a la chica con sus canciones y versos. El padre le propuso que, a cambio de la mano de su hija, trajese a sus campos la Fuente del Canal (creyendo que nunca lo conseguiría). Sin embargo, el muchacho consiguió traer un gran abismo de agua para regar toda la propiedad que rodeaba el castillo. Como tenía que cumplir su promesa y no quería perder a su hija fue a su dormitorio y en un ataque de ira la arrojó por una de las ventanas del castillo. El joven se desequilibró y cayó con ella al agua. Cuenta la leyenda que ambos no se ahogaron pues siguen viéndose muchas noches saliendo del agua cogidos de la mano y paseando por la propiedad localizada frente a la isla de Armona (actualmente es el Centro de Interpretación de la Ría Formosa, Quinta do Marim).