El faro romano de Gades
El llamado islote o punta de San Sebastián, constituye un verdadero enigma. Y es que, según la tradición clásica, donde desde el siglo XVIII se asienta el castillo se erigió quizá en tiempos más remotos el faro romano de Gades.
Sí, la Gades romana. La actual Cádiz. La ciudad más antigua de Occidente, que se entretiene diariamente viendo las puestas de sol por La Caleta. Y esto lo hace desde que era la fenicia Gádir, la griega, la romana Gades, la árabe Qädis. Ese faro ya no existe. Sólo nos quedan dibujos que se encontraron en una de las paredes de las cisternas de la factoría de salazones que se encontró en el casco antiguo de Cádiz en 1995.
Los dibujos están hechos a carboncillo sobre la piedra ostionera sobre la que estaba construida la factoría. En el dibujo, se ve una torre con doce cuerpos escalonados, que van disminuyendo conforme vamos ascendiendo –de este hecho algunos historiadores apuntan a un zigurat, de la arquitectura mesopotámica-. En el primer piso –el más bajo- se ve una entrada abovedada –arco de medio punto- y en otros cinco niveles se ven escaleras para pasar de un nivel a otro. Los dibujos se hicieron entre el siglo I a.C. y V d. C. que fue el tiempo que estuvo la factoría de salazones en servicio. Por lo tanto, el faro tuvo que ser de este tiempo, como mínimo, aunque hay autores que lo fechan, con más exactitud, en el siglo I-II d. C. dicen los escritos que su cumbre estaba rematada por una gran estatua de bronce bañada en oro. la torre fue derribada a mediados del siglo XII para robar el oro de la estatua, y que quienes cometieron tal crimen quedaron malditos.
Fue derribado por Al Maymun allá por el siglo XII. Sorpresa la que se llevaron al advertir que no era del metal buscado, y crearon en su lugar una atalaya vigía, que más tarde también fue demolida.
Han escrito sobre él varias versiones. Traemos una de ellas. La del viajero andalusí Abu-Hamid al Gharnati –nacido en Granada en el 1080- que escribiendo sobre maravillas del mundo dijo sobre la torre –faro- de Cádiz:
“Tiene una altura de cien codos, quizás más; es cuadrada en su base y redonda en su parte superior, absolutamente maciza, sin puertas. En su punta hay la imagen de un individuo… extrañamente envuelto en una ropa de oro… el brazo(derecho) y la mano extendida señalando en dirección a Occidente (Al-Magrib). Tiene la izquierda hacia el Mar Negro, como apretando una llave. En este mar siempre hay olas como montes y ninguna embarcación puede entrar en él por sus muchos peligros. Dios sabe más…” Lo cierto es que había un faro –que estaba en ¿La Caleta? -, que además de su función primordial: guiar barcos, también alertaba sobre una de las maravillas del mundo: Cádiz.