Faro de San Telmo
El Castillo de San Telmo, también llamado Torrejoncillo, es una pequeña fortaleza situada en el promontorio que cierra por Poniente la bahía de Almería.
En los primeros años tras la toma de Almería, ya tenía como dotación un alcaide, un artillero y cuatro soldados; para protección de este lado de la ciudad.
En los dos siglos siguientes fue cambiando de dotación y artillería con algunas reformas, hasta que en 1764 el nuevo Reglamento de Defensa de costas le asignaba una dotación de catorce militares y cuatro cañones. Para ello el arquitecto José Crame redactó un proyecto de ampliación y adecuación, que no se llevaría a cabo hasta 1771.
El castillo fue volado por los británicos hacia 1811, junto con otras torres existentes en el Poniente de Almería, quedando en completa ruina hasta que se reedificó en 1830.
En 1906 ya aparece como puesto de carabineros. Posteriormente, tras la guerra civil pasaría a depender de la Guardia Civil.
En 1976 entró en funcionamiento el faro que se encuentra en la zona más alta del Castillo. Consta de un edificio cuadrangular blanco, con una altitud máxima de 19 metros (donde se encuentran instaladas las luces del mismo), sobre su base.
El lugar es una impresionante atalaya que domina el acantilado, a 77 metros de altura sobre el nivel del mar.
Al faro se le colocó un equipo de iluminación de haz sellado de la casa AGA, que daba grupos de dos destellos cada 12 segundos.
Al año siguiente de su inauguración, el ingeniero Manuel Giménez Cuenca hizo una reforma del empinado camino de acceso para escalonarlo por tramos, que culminaba el 6 de diciembre de 1977, con un presupuesto de 500.000 pesetas.
En la memoria se explicaba la necesidad del arreglo: “El faro de Almería ha sido instalado recientemente en la zona del recinto amurallado del Castillo de San Telmo, sobre el promontorio del mismo nombre.