Faro de Marbella
Las razones que determinaron la construcción de un faro en Marbella se basaban en la existencia de un concurrido fondeadero por donde salían hacia Málaga una buena variedad de productos agrícolas y, sobre todo, el mineral de hierro que se extraía en la zona. El proyecto, obra del ingeniero Antonio Molina, fue aprobado en 1861. La subasta pública adjudicó la construcción por 79.562 reales. Situado a 200 m al oeste de la población, en el sitio denominado Los Barronales, se encendió el 15 de marzo de 1864. La torre ligeramente troncocónica de color pardo está unida al edificio de los torreros. Tanto el aparato como la linterna habían sido adquiridos a la casa Sautter y se iluminaban con mechas de aceite de oliva, sustituidas en 1882 por una Maris con parafina y después petróleo. El alcance era de 12 millas. Cumpliendo la normativa existente, entra en servicio, en 1923, una nueva instalación de quemador de acetileno conservando linterna y óptica. Sus tres destellos rojos eran visibles a 10 millas. Una última mejora se realiza en 1944, año en que se electrifica, dotándolo de una lampara de 200 W y un destellador Pintch. El impulso turístico de la zona dejo al faro prácticamente dentro de la población, confundiéndose su luz con la de las casas.
El faro actual construido en 1974 cambia su ubicación por la explosión urbanística del entorno y se encuentra instalado sobre una torre cilíndrica de hormigón de 29 metros con un alcance de 22 millas. Su iluminación se dirige por control remoto informatizado. Se complementa con una baliza situada en las cercanías de Cabopino, en lugar denominado Punta Ladrones.
Objetivo de la aviación durante la guerra civil fue apagado por orden de un comité antifascista al que pertenecía el torrero encargado del faro.
Rodeado de jardines y cerca del paseo marítimo y la playa, era hasta hace pocos años uno de los destinos preferidos de cualquier torrero.