Faro de Artrutx
El Faro de Artrutx está unos 8 km al sur de Ciudadela, en el Cap d’Artrutx. Se trata de un faro construido a mediados del siglo XIX, y rodeado de una urbanización por lo que no tiene tanto encanto como por ejemplo los faros de Punta Nati o Cavalleria.
Junto con el faro de Capdepera, en Mallorca, el faro de Artrutx marca los extremos del estrecho entre las dos islas. Tiene una apariencia luminosa de grupos de 3 destellos cada 10 segundos y se encuentra a 45 m sobre el nivel del mar. La apariencia diurna es una casa blanca con una torre de 34 m con contrafuertes decorada con bandas blancas y negras. Su luz se puede ver desde 19 millas náuticas. Actualmente las antiguas viviendas de los fareros alojan un restaurante.
El faro se encuentra dentro de la urbanización de cabo de Artrutx, un núcleo turístico con todos los servicios típicos de este tipo de núcleos urbanos. Gracias a su ubicación, desde el faro podemos disfrutar de preciosas puestas de sol con vistas a la isla de Mallorca.
Fue proyectado por Emili Pou. La óptica original era catadióptrica de 4º orden, fija, pero con 2 lentes dióptricas verticales externas giratorias, produciendo una apariencia luminosa de luz fija variada por destellos blancos cada 3 minutos. La lámpara empleada era moderadora de aceite de oliva. Se inauguró el 10-07-1859. El coste del aparato óptico, construido por la casa Henry Lepaute, fue de 3.250 francos franceses con un precio de 300 francos cada una de las lentes externas y 2.650 francos la óptica fija. Esta parte fija del aparato óptico fue destinada más tarde, en 1970, a prestar servicio en el faro del Cap Blanc, donde todavía permanece, siendo la óptica más antigua que actualmente está instalada en los faros de las Baleares. La existencia de una cueva submarina en las cercanías producía temblores en el edificio llegando incluso a romperse algún cristal de la linterna. En 1969 se recreció su torre 17 metros para poder cumplir con los alcances requeridos en el Plan de Mejora del Alumbrado de 1967. Para reforzar la consistencia de la torre se le añadieron unos contrafuertes, adquiriendo con ello su fisonomía actual, única entre los faros del Archipiélago Balear. En 1860 el Subgobernador Civil de Menorca envió un escrito a los torreros de este faro, pidiéndoles su colaboración en la captura de unos presos que se habían fugado, pero los torreros contestan que no les es posible hacerlo debido a que todavía no se les había provisto del armamento que, según el Reglamento del Cuerpo de Torreros de Faros, debía de existir en cada faro.