Faro de Favàritx
El faro de Favàritx es el primero que se construyó con torre de hormigón en Baleares. Está situado en el extremo noreste de la isla, a poco más de 17 km de Mahón. Su torre, de 28 m de altura, blanca y con una banda negra en espiral, le da un aspecto muy personal; junto con el entorno agreste y de apariencia lunar del cabo de Favàritx, lo convierte en uno de los faros más visitados de la isla. A 47 m sobre el nivel del mar, su apariencia luminosa responde a grupos de 2 y 1 destellos cada 15 segundos. Su luz se puede ver desde 16 millas náuticas.
La construcción de este faro, así como el de Punta Nati, está motivada en gran medida por los naufragios ocurridos después de la inauguración del faro de Cavalleria. Especial repercusión tuvieron las desgracias ocurridas con los vapores “Isaac Pereyre” en 1906 y “General Chanzy” en 1910. El primero prestaba el servicio de correos entre Marsella y Argelia, en el mismo punto donde en marzo de 1898 había ya naufragado el vapor “Ville de Rome” también de la Compañía General Transatlántica francesa. Fue proyectado por Mauro Serret, pero reformado en otro proyecto de Miguel Massanet. Las obras comenzaron en julio de 1917 pero la falta de fondos y las protestas del antiguo propietario del terreno por no haber percibido el dinero de las tierras, paralizaron las obras y no se terminaron hasta 1922 inaugurándose el 22 de septiembre de ese año. La óptica era catadióptrica, fabricada por la casa BBT y de apariencia 2+1 cada 10 segundos, con lámparas Chance de 85 mm. Esta óptica puede ahora contemplarse en la Exposición de Señales Marítimas instalada en el interior del faro de Portopí. La torre tenía una altura de 33 metros y fue la primera de un faro construida completamente de hormigón, en las Islas Baleares. La linterna, de 3 metros de diámetro, fue fabricada por la Maquinista Valenciana.