Faro de la Entallada
El faro de la Entallada es un edificio muy peculiar construido en 1.953, y es único en todo Canarias.
La Entallada o de Punta Lantailla está situado cerca del pueblo de Las Playitas, en el municipio de Tuineje, y a 48 millas del Cabo Jubi (África). Fue el último de los faros construidos en España con la concepción clásica de torre con viviendas para el personal de señales marítimas. Su llamativo edificio, alberga una cúpula acristalada para una óptica, que también es faro de aviones. Guio a los Junkers durante la contienda de Sidi Ifni.
Las vistas son espectaculares, tanto al mar como al Monumento Natural Cuchillos de Vigán, zona protegida debido a su alto interés científico. Los Cuchillos son montañas alargadas entre dos valles, y son restos de grandes acumulaciones de coladas volcánicas que formaron grandes edificios. Su altura es de 500 metros.
Con una planta en forma de U, abriga su patio hacia el interior de la isla. Presenta su fachada principal de tres volúmenes al mar. Las esquinas cuentan con piezas de sillería roja que fueron extraídas de la portuense montaña Bermeja, en Tefía.
El faro de La Entallada ha sido rehabilitado por el Cabildo de Fuerteventura para acoger un futuro museo dedicado a las señalizaciones marítimas. Además de adecuar las antiguas viviendas como salas con los accesos que le corresponden, en el exterior se ha construido un mirador sobre el acantilado en que se ubica y al que se accede por una rampa de madera.
Este faro, construido entre 1953 y 1954 con sillería de Tetir de color rojo en las molduras salientes y zócalos y con arcos morunos en el patio, había sido proyectado siguiendo un plan de alumbrado que databa de 1921 y preveía la instalación en la punta de Lantaílla de una luz que orientara a la navegación marítima en el paso más estrecho entre la costa africana y Canarias. Lo que finalmente se construyó fue un aerofaro, con una cúpula acristalada sobre los 11 metros de altura de su torre para emitir su característica de 1 + 2 destellos blancos, cada 18 segundos a 30 millas para los barcos y a 15 kilómetros para los aviones, que hacían entonces la ruta entre el Sahara español y el aeropuerto de Gando en Gran Canaria.