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Cuenta una antigua tradición mazarronera, que allá por el año 1585 ocurrió un hecho milagroso en que la Virgen Purísima salvó al Bolnuevo de un ataque pirata.

El hecho de la invasión corsaria y el pirata que la protagonizó son históricos, el milagro, es cuestión de fe. Pero anualmente se celebra una romería el 17 de noviembre para conmemorarlo.

Murad Raid, llamado en estas costas Morato Arráez, era un corsario temido desde Tarragona hasta Almería.

Tenía este corsario su cuartel general en la bahía de Portman, en Cartagena, y estaba empeñado en saquear Mazarrón, pues la villa había prosperado gracias a las minas de alumbre y las almagras, que tan sólo se producían en Europa en este pueblo y en una aldea cercana a Roma. Estos minerales resultan imprescindibles para fijar los colores en las telas, por cuya razón eran demandados en Europa una vez que las rutas con Oriente quedaron cerradas por las guerras.

A su llegada, tras una puerta, los piratas escuchan hablar de caballos, reyes, espadas, bastos… creyeron que se trataba de una caballería real que ya habían dispuesto para hacer frente al ataque. Y entonces las campanas comienzan a sonar ‘a rebato’, toque que indicaba la llegada de piratas. Con todas aquellas circunstancias en su contra, los argelinos se apresuraron para retroceder posiciones, momento en el que se les apareció en la playa una doncella cuyo resplandor los atemorizó de tal manera que escaparon llenos de pavor. En la escapada, perdieron algunas de sus armas en el mar.

Los vecinos de la villa, enterados ya de la huida de los piratas, se disponían a dar gracias por su suerte cuando escucharon las campanas de la Ermita de la Concepción tañendo solas. Al dirigirse a ella, vieron cómo la lámpara que se encontraba junto a la imagen de la Virgen, y que había permanecido toda la mañana apagada por falta de aceite, se hallaba, no sólo encendida, sino que, además, estaba desbordando aceite. Además, la Inmaculada Concepción tenía el rostro inclinado hacia el sur, como mirando al mar, y su manto mojado y lleno de arena.

En su huida, los piratas dejaron atrás algunas de sus armas y banderas. Una de estas banderas o pendones, todavía se conserva hoy en la Iglesia de la Inmaculada en Mazarrón. Y en recuerdo de aquel milagro, se adosó una pequeña ermita a la Torre y cada 17 de noviembre se celebra una Romería desde Mazarrón hasta Bolnuevo en honor a la Virgen.

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