Frente a Lariño el Olimpo Celta
También llamado el “Monte Sagrado” o el “Olimpo Celta”, el Monte Pindo es una maravilla de la naturaleza. El Pindo es una roca de 305 millones de años. Galicia, es granito y pizarra. Las pizarras son sedimentos marinos formados muy lejos, pero los granitos son las primeras rocas formadas en Galicia durante la colisión de dos grandes placas litosféricas: Gondwana (todos los continentes del hemisferio sur) y Laurrusia (todos los continentes del hemisferio norte). Durante el Devónico superior, entre 380 y 370 millones de años antes de ahora, el choque de esos continentes produce una generación de volcanes que, desde el Carbonífero, hace 305 millones de años, estuvieron activos durante millones de años hasta su extinción, formándose al final el megacontinente de Pangea. Desde el final de la actividad volcánica hasta hace 200 millones de años, la erosión destruyó todos los grandes cráteres volcánicos arrasándolos hasta 15 kilómetros de profundidad, por lo que las masas graníticas que ahora se ven en superficie son las raíces de aquellos volcanes.
Todos los macizos graníticos gallegos, y O Pindo entre ellos, tienen el mismo origen y edad. Hace 200 millones de años se vuelve a poner en marcha la tectónica de placas rompiendo Pangea en fragmentos: son los actuales continentes. Por ello Península Ibérica y costa de Galicia tienen 200 millones de años y es entonces cuando O Pindo se sitúa al borde del mar. Como en cualquier continente, en Galicia los ríos son los principales agentes erosivos que excavan sus valles fluviales y transportan el agua de la lluvia hacia el mar, adonde llegaron por primera vez hace 100 millones de años y por ello la edad de las rías gallegas es la misma. En el Paleógeno, entre 65 y 24 millones de años antes de ahora, la placa Euroasiática chocó con la Placa Ibérica formando la Cadena Cantábrica y levantando a Galicia y con ella al Pindo. Por eso el Xallas desemboca en el mar en una cascada que tiene 65 millones de años. En los últimos 2,56 millones, la orilla del mar se ha alejado y acercado 30 kilómetros a donde está ahora en 40 ocasiones. Con ello, el paisaje costero de Galicia ha pasado desde tener una orla de grandes playas y arenales de muchos kilómetros de ancho a la situación actual, donde toda la costa en regresión es destruida aceleradamente. Es lo único que cambia.
Cuenta la leyenda que la disposición de las piedras del monte, en vertical y con formas que recuerdan a personas, son en realidad los espíritus de los druidas y héroes celtas que para permanecer toda la eternidad en este mágico monte tomaron forma de piedra, de ahí el nombre de Olimpo Celta por el que es conocida esta mole granítica. En todo este conjunto de piedras llama la atención una, la que más sobresale y a la cual se ha bautizado como druida. Dicen al colocarte frente a ella y hacer una pregunta aparecerá en la mente una respuesta a lo que se estaba preguntando. En A Moa (el punto más alto del monte) aparecen varias pías (o cazuelas) fruto de la descomposición química del granito en las cuáles se acumula el agua debido a su profundidad. Según la leyenda después de una gran tormenta el agua que se queda depositada en estas pías está bendecida por los dioses y tiene propiedades mágicas. Si se recoge agua de siete pías distintas las propiedades de esta son aún más fuertes y para que esto funcione se debe recoger el agua con las manos y de rodillas mirando al oeste. Otras historias cuentan que en este misterioso lugar se hacían rituales celtas y que los matrimonios estériles acudían a la cumbre del Monte Pindo para tener descendencia.
En este mismo monte se encuentra una cueva de acceso complicado llamada “Cova da Casa da Xoana”. A pesar de situarse en una de las rutas más desconocidas del Monte Pindo, la vinculación de esta cueva con mitos y leyendas es tan interesante como misteriosa y por tanto merece la pena visitarla.
Pero además de esta existen también otras leyendas alrededor de la Cova da casa da Xoana, en este caso con espíritus y mouras como protagonistas. Según estas historias mitológicas, a esta recóndita cueva acudían multitud de lugareños para buscar remedios que les quitaran maldiciones como “los aires de espíritus” que por allí vagaban. Por otro lado, se cree que además de espíritus las mouras habitaban entre las rocas y desde allí intentaban enamorar y persuadir a alguna de las personas que pasaban por allí.
Las leyendas tampoco se olvidaron del vecino paraje del río Xallas, pues se dice que detrás de esta cascada única en Europa, junto con los fiordos suecos, por caer sus aguas directamente al mar, existe una puerta mágica guardada por brujas que llevará debajo del río al joven que se atreva a pasar, pudiendo entonces casarse con una bella princesa encantada o poseer una enorme fortuna.
Xelda es una moura oriunda de Córdoba que llegó acompañada de un hidalgo que huyó del cautiverio gracias a la ayuda de tan encantada criatura, sencillamente porque se había enamorado del cristiano.
Acostumbrada a Andalucía en Galicia se identificó con la blanda humedad del ambiente hasta transformarse parcialmente en vegetal de modo que, si te encuentras con ella, es fácil distinguirla, precisamente porque en parte es humana y muy bella, y en parte algo así como una zarza.
Se dice que posee esta condición desde que una bruja aborigen, la que hacía crecer la hierba por la noche, envidiosa de su belleza la transformó en mata y la situó en el camino de O Pindo, quedando escoltada por un guerrero de piedra que por no tener cerebro se perdió en el monte.
Lugar donde los infinitos buscadores de plantas medicinales van a tan milagroso lugar, si alguno la ve y se para a admirarla, se enredarán en sus ramas y quedarán encantados para siempre, sin poder regresar de O Pindo.