Faro de Portopi
Faro de Portopí, faro histórico que ya aparece citado en un documento con fecha 12 de septiembre del año 1300, como parte del codicilo incluido en el testamento del Rey Jaime II de Mallorca, conservado en la Biblioteca Nacional de París. El primitivo faro no se hallaba en el lugar actual, sino sobre la loma ocupada hoy por el Fuerte de San Carlos, el cual se acabó de construir en 1612. Pero los cristales de la linterna del faro se rompían al disparar los cañones del recién construido fuerte, por lo que hubo de pensarse en trasladar su luz. Este traslado se produjo en 1617 y desde entonces el faro se halla situado sobre la Torre de Señales, denominada así ya en el siglo XV por la función que tenía incluso antes de convertirse en faro, mediante la colocación de bolas que indicaban la procedencia y número de los barcos que entraban al puerto. Posteriormente se utilizaron banderas para dicha señalización, trabajo que han desempeñado los denominados “vigías” hasta 1971. El faro de Portopí es el segundo más antiguo de España y uno de los faros en funcionamiento más antiguos del mundo. En 1807 se instaló una óptica de reverberos giratoria, siendo sólo cuatro los faros españoles que en aquel tiempo contaban con esta tecnología. Mientras en el resto de los faros de Baleares se dejó de emplear aceite de oliva como combustible en 1883, en el faro de Portopí no se realizó el cambio a la parafina de Escocia hasta 1893, momento en el que se sustituyó la vieja linterna de madera por una moderna cilíndrica de montantes metálicos, y se instaló una óptica catadióptrica con lámpara Maris de una mecha. El faro fue electrificado en 1918 y en 1927 se volvió a sustituir su óptica, colocando en su lugar otra catóptrica (de reverberos) siendo actualmente el único faro español que ilumina con una óptica de estas características. En su interior se encuentra instalada una exposición permanente de señales marítimas que reúne una de las mejores colecciones existentes actualmente en Europa, de material empleado en el alumbrado marítimo. El 24 de agosto de 1972 se apagó su luz, por considerarlo innecesario dado el crecimiento del puerto y la existencia de una completa red de balizamiento que facilitaba la entrada al mismo. Pero el 1 de abril de 1977 se decidió volverlo a encender teniendo en cuenta la importancia histórica de esta señal. En agosto de 1983 fue declarado Monumento Histórico-Artístico.