El Algarrobico
Atrás quedó la imagen de la lancha de Greenpeace con la construcción del hotel de El Algarrobico en el fondo, con una pancarta colgada desde lo más alto en lo que se podía leer ‘Hotel ilegal demolición'. Era el año 2005 y la fotografía dio la vuelta a España, además de servir para mover conciencias sobre la sostenibilidad de un hotel en el entorno del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar.
Pero lo cierto es que mucho antes de que se desatara la polémica, se había planeado que ese mismo suelo fuese urbanizable. De hecho, el comienzo de esta historia se remonta a 1984, año en el que el Ayuntamiento de Carboneras incluyó en la redacción de sus normas subsidiarias que en El Algarrobico se pudiese construir. Tres años más tarde, la Comisión Provincial de Urbanismo las aprobó. Estas normas se vuelven a revisar en el año 90 y se reconocen definitivamente.
En el año 1994, la Junta de Andalucía ratifica el plan de ordenación de los recursos naturales de Cabo de Gata, que se amplía al municipio de Carboneras. Tres años después, una resolución de la Comisión Provincial de Urbanismo acuerda el proyecto de urbanización de El Algarrobico.
Y tuvieron que pasar unos años más, hasta llegar a 2001, para que Azata del Sol pidiera la licencia de obras al Ayuntamiento de Carboneras, aunque esta queda en suspensión hasta que se certifique el estudio de detalle. Finalmente, en 2003, tanto la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte, como la de Sanidad, consienten que el hotel se establezca en El Algarrobico.
Llega el año de la polémica, 2005. Fue entonces cuando se publicó en el Boletín Oficial del Estado que el espacio de servidumbre que tenía que respetar el hotel desde la costa debía ser de 100 metros, y no de 20 metros, como establecía la anterior Ley de Costas. Esta diferencia de metros ha resultado muy importante, ya que provoca que una parte del edificio ocupa una zona de manera ‘ilegal'.
También en ese mismo año, tras las críticas de los grupos ecologistas desde el Ministerio de Medio Ambiente afirman que se expropiarán los terrenos.
Un poco después, en febrero de 2006, la organización ecologista ‘Salvemos Mojácar' presenta un recurso en el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Almería, y se ordena paralizar las obras. Azata obedece la decisión, pero recurre el deslinde de la costa, o espacio de servidumbre, que pierde finalmente en la Audiencia Nacional.
Algo más tarde, en la primavera, el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, comunicó la compra del parque. Y es que, al encontrarse los terrenos en el parque natural, la Junta tenía preferencia de compra sobre cualquier otra empresa, algo que se conoce como derecho de retracto. De nuevo otro problema.
La Junta está dispuesta a pagar 2,3 millones de euros para recuperar el suelo y, de esta forma, poder derrumbar el hotel. Pero la promotora no aceptó una cantidad que consideraba muy inferior a los 300 millones de euros que considera que cuesta el suelo, y recurrió otra vez a los tribunales.
Además, con este plan se modifica la calificación del suelo de El Algarrobico, que a partir de ahora se considera como área degradada y transformada pendiente de regeneración, y por supuesto, de carácter público.
El Algarrobico, el hotel de 21 plantas y 500 habitaciones construido por la constructora Azata del Sur, en la playa del municipio de Carboneras (Almería), sigue erguido. Sin que ninguna administración se atreva a ponerle, al gato, el cascabel del derribo.
Es imposible saber cuándo caerá el coloso. Mañana, en un mes o dentro de diez años. Organizaciones ecologistas como Greenpeace creen que el hotel quedará reducidos a escombros en unos cinco años. Muchas sentencias judiciales, poca voluntad política y un enredo judicial que ni siquiera los expertos son capaces de descifrar por completo tras 15 años de pleitos en los juzgados de Almería, Granada y Madrid.
Lo que, en cualquier caso, está claro es que al consistorio que salga tras las elecciones le tocará enfrentarse, por acción u omisión, con la demolición de este hotel ubicado en el Parque Natural Cabo de Gata.